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Cuando Amas

  • Yen Guillen
  • 28 ago 2018
  • 1 Min. de lectura

Siempre esperé una sorpresa. Hasta hace nada esperé una sorpresa. Esta mañana lo hacía…

Resulta que no dejas de esperar cuando amas, que siempre estás suplicando porque suceda el milagro. Ese que así como trajo de vuelta a Lázaro de la muerte, te traiga de vuelta a mí.

Resulta que no dejas de esperar cuando amas, que pasas horas mirando fotos, buscando señales hasta en las nubes para saber si también sobre tu cabeza están y pedirles que te rieguen para que no te vuelvas a secar…

Resulta que no dejas de perdonar cuando amas, que aun siendo tratado de manera injusta sigues perdonando y aguardando en silencio sólo porque la distancia parece ser aún más mortal que la cercanía.

Resulta que no dejas de luchar cuando amas. A veces pienso que si vistiera ropa tan resistente como lo que siento, ni el fuego podría hacerme daño.

Y así, indestructible, resistente, esperanzada, te amo menos que ayer, pero más que mañana.

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2017. Escuela de Psicología-FHyE. Universidad Central de Venezuela Ciudad Universitaria

Los Chaguaramos.

Caracas, Venezuela.

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